Isabel Carrasco comunica oficialmente que Mario Amilivia será el candidato ante un palpable sentimiento de decepción en las 'filas populares'

La presidenta provincial viajó días atrás a

Madrid donde la cúpula nacional refrendó

la apuesta por el actual alcalde

Duro trago el que ha tenido que pasar esta misma tarde Mario Amilivia al comprobar cómo el anuncio oficial de su nombramiento como candidato a la alcaldía de León apenas era acompañado por una tímida ovación en el seno del Comité Ejecutivo del Partido Popular. Difícil papeleta la que le espera al candidato popular si ni siquiera su nombramiento ha contado con un respaldo unánime en el que es el máximo órgano ejecutivo del partido.
Difícil situación para el candidato y, por extensión, para la presidenta, Isabel Carrasco, quien hasta hace unas jornadas mantenía que Mario Amilivia no era la mejor opción para luchar por la alcaldía de la ciudad.
Pero la realidad se impone y el Comité Ejecutivo del PP en León ha tenido que asumir las tesis impuestas desde la dirección. Isabel Carrasco comunicó a los miembros de este órgano que la decisión de llevar a Mario Amilivia como cabeza visible llega ‘de arriba hacia abajo’ y que ante esa situación no debe haber fisuras. Isabel Carrasco viajó días atrás a Madrid donde, en compañía de Juan Morano, se entrevistó con la cúpula del partido nacional. Allí se le comunicó que “en las encuestas” se apostaba por Mario Amilivia como número uno de la lista, y que por lo tanto esa era la línea a seguir.
Isabel Carrasco trasladó estas conclusiones al Comité en León quien, con cierta decepción ante la falta de “caras nuevas”, terminó aceptando la presencia de Amilivia al frente de la candidatura y la elaboración de una “lista de consenso”. Fuentes del propio partido han asegurado que otras de las novedades de cara a las próximas municipales podría ser la desaparición del “mapa político” de Javier García Prieto lo que supondría que Isabel Carrasco ocuparía una futurible presidencia en la Diputación Provincial.
La decepción en el seno de las filas populares es tal que la intervención final de la presidenta,
en la que pidió "cerrar filas" ante el candidato, fue seguida por un palpable murmullo general en la sala. No es difícil imaginar los comentarios que acompañaban ese murmullo.