EL PICARO

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Esclavo soy

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Soy esclavo de la agenda, mi querida pícara. Sé que a tí te ocurre lo mismo, y eso me consuela. Así que espero, comprendas, que nuestro encuentro una vez más resultara imposible. Seguro estoy, admirada mía, de que el Auditorio vestiste con sus mejores galas para recibirme. Lástima.

Te he visto, sí, pero en papel impreso. Un consuelo, nada más. Me hubiera gustado tanto tocarte, sentir su presencia. Te veo rodeada de amigos y ¿confidentes? sonriendo y mostrando tu dulce gesto, que a tantos nos atrapa. Pero, querida mía, no puedo menos de dejarte una pregunta:
- ¿Cómo es posible que a quienes tú con tanto empeño defiendes te den la espalda y que aquellos, a los que tanto atacas, acudan en tu auxilio?
- ¿Acaso has equivocado el camino?
Reflexiona... reflexiona... La agenda me reclama. Mi vida es así, me siento perseguido por la falta de tiempo.
Pero no te preocupes, siempre tendré un minuto para guardarte tu secreto. Ese que tu y yo sabemos, y que tanto nos une.
Besos
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EL PÍCARO