lunes, 12 de febrero de 2007

La dirección de El Mundo / La Crónica 'veta' a su columnista Juan Campal

Así lo denuncia el escritor en su 'blog',
creado recientemente, y en un artículo que
por su interés reproducimos íntegramente
...
"Hasta hoy he tenido el privilegio de poder estar en contacto con ustedes semanalmente, todos los lunes, salvo excepciones contadas, a través del diario El Mundo - La Crónica de León. Hoy tan sólo pretendía despedirme y mostrar mis gratitudes. No ha sido posible. Una mano, por mi desconocida, se ha encargado de que mi artículo no viese la luz. ¿Censura? No, por dios. Quizás tan solo que, al leerlo, tradujo mis palabras con lo que guarda su mente -conciencias, ya se sabe- o, más simplemente, que al inclinarse sobre el texto este se viese emborronado con lo que éstas -las conciencias- guardasen.No quisiera que este forzado silencio diese idea de que uno se va de los sitios sin despedirse. Sería ello de mala educación y poca cortesía. Por ello, como despedida de los lectores de mis "Desde Bocamar" (que así se titulaba la colaboración semanal), como gratitud a cuantos amigos dejo en el periódico y como acto inaugural de este Cuaderno de Bocamar, he aquí el texto completo del sino censurado, sí extraviado artículo:
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Con gratitud, mi enajenación
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Interés mostraron amigos, conocidos y desconocidos, ante mi silencio, inusual, por tres lunes, en estas páginas. Unos, bromeando con el “desde Bocamar”, me preguntaron si estaba remando en galeras rumbo a apoyar al presidente Rodríguez Zapatero en su política antiterrorista; otros, que si iba pícaro por calles y plazas en busca de alguna picardía; los más, sólo pedían un porqué. Los tranquilicé a todos.
A los unos, con que no es preciso tal bogar, que cuenta el presidente Rodríguez Zapatero con, amén del mío, el respaldo de la mayoría del parlamento español, cosa no menuda; a los otros, con que la única picardía que me va de todas las posibles es el “camisón corto, con tirantes, hecho generalmente de tela transparente” y, por supuesto, para uso ajeno y por breve tiempo. A los más, los del por qué, con la única verdad: que al aumentar el número de colaboradores en este diario y ser preciso repartir el espacio, qué menos que, como con la caridad hacen otros, comenzar socializando el que disfruta este menda que bascula sus ideas a la izquierda, hacia el socialismo, o más, que me reconocí comunista hormonal y cordial. Y siendo así, a qué socializar, no será mejor auto-expropiarme, enajenarme, del espacio que usufructo.
¿Cómo alguien de este mundo del siglo XXI puede pensar que me privan de expresar mi opinión libremente? ¿Es que alguien cree que aquí se considera que “la opinión propia, si es libre y expresa, puede ahuyentar a una clientela o enojar al patrón”, como decía don Manuel Azaña? Jamás creí arriesgarme escribiendo y firmando lo que pienso. Ejercí un derecho. Y si di la cara, pues nada, también don Manuel Azaña dijo “solo no arriesgan nada los que, mejor orientados, empeñan su talento, grande o chico, en las batallas del arribismo, donde no se pierde más que la vergüenza”.
Siete años -en dos períodos (1997-1999 y 2001 hasta hoy)- he estado con ustedes casi cada semana, contándoles mi percepción de la realidad, mis esperanzas de futuro, mis ilusiones, mis rabias y hasta mis contradicciones. Lo hice de la única manera que sé, libremente, con libre mente. No fue nada heroico, jamás recibí de nadie indicación alguna con respecto a nada. Tampoco la hubiese consentido, que así me enseñaron: encadenado, lo mínimo, libre, al máximo.
Nada quede más que mi gratitud: a los directores de este periódico (Oscar Campillo, José Luis Prusen y José Luis Estrada) que me dieron la oportunidad de hacer pública mi libre opinión; a Carmen y Esther, de redacción, por su paciencia con mis retrasos y, cómo no, a ustedes que me sobrellevaron con su crítica, con su silencio o con su reconocimiento. Si a alguien ofendí, mis disculpas; si algo no respeté, es que hay cosas que no tengo por respetables. Y ahora, a releer “La evitable ascensión de Arturo Ui”, o la de sus neo-heterónimos.
Séanse leales, serán más felices.
http://juancampal.blogspot.com/
Obviamente, la dirección del blog ya iba, porque, por fortuna, anda uno bien de olfato".

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