Amilivia y Carrasco cierran un pacto en beneficio del partido, pero sus diferencias se hacen insalvables
de su equipo de confianza, mientras Isabel
Carrasco (que ya ha pactado una salida para
García Prieto) hizo valer su peso dentro del PP
para asegurarse el número 2 en la lista
.
No fue un acuerdo sencillo, ni mucho menos. La candidatura de Mario Amilivia a la alcaldía de León es, más bien, el fruto de un grave desencuentro finalmente reconducido por el esfuerzo más de colaboradores y 'amigos' que por la voluntad de sus principales actores. En las últimas horas de la pasada semana, Mario Amilivia, decidió pisar el acelerador a fondo. En esas jornadas, y en los primeros días de la actual, el alcalde citó a su equipo de confianza (por separado) y a todos y cada uno les trasladó su decisión: "La lista está cerrada y no se va a modificar. Si el partido mueve uno solo de los nombres yo plantearé mi renuncia. La lista la hago yo y no admitiré intervenciones". A partir de ese instante el papel de los "segundos nombres" del partido fue determinante. Fueron ellos quienes hicieron llegar al entorno de la dirección provincial la decidida intencion de Mario Amilivia de plantear un ultimatum, y su nulo interés en pactar una lista de consenso, pese a lo advertido en su presentación como candidato. Isabel Carrasco, que no recibió la noticia con sorpresa, fue elocuente al respecto: "La lista es del partido, la presenta el partido, y si es necesario se hará al estilo Villanueva (tachar y poner, advirtió explicitamente)".Su mensaje venía a decir lo que Amilivia se temía pese al órdago puesto sobre la mesa: Isabel Carrasco no se pliega ante las posturas de fuerza y en último extremo asumiría personalmente una candidatura si esto fuera necesario. La candidatura, efectivamente, es del partido y Amilivia no tenía opciones reales de sacar adelante su propuesta sin el 'visto bueno' de la presidenta provincial. De nuevo por la influencia del entorno, uno y otro pactaron para este jueves un "cara a cara" (primero y último, aseguran que matizó la presidenta provincial). A la cita acudió Amilivia convencido de que en el caso de abrir una guerra él era un claro perdedor. Así se lo habían hecho ver sus colaboradores, quienes le pidieron serenidad y "visión de futuro".
Isabel Carrasco también acudió el encuentro convencida, pero justamente de lo contrario. La fuerza estaba de su lado aunque, sin embargo, decidió rebajar la temperatura proponiendo únicamente la inclusión de tres nombres entre los diez primeros (el número de concejales que a fecha de hoy le dan las encuestas al PP leonés).
Ambos cedieron, algo a lo que ayudó el hecho que desde la cúpula popular se le haya buscado una "salida de futuro" para Garcia Prieto, actual presidente de la Diputación, y amigo personal del alcalde. Pero fue Amilivia quien más pasos dio hacia atrás, convencido de que realmente no podía permitirse quedarse fuera de la pugna electoral. En menos de 45 minutos la lista estaba cerrada. Se dieron dos besos, dicen, en beneficio del partido. Pero la herida no está suturada, ni mucho menos. Amilivia considera a Isabel Carrasco un enemigo (cree, con acierto, que la presidenta provincial le considera agotado) y Carrasco ve al actual alcalde como un problema (no hay futuro para el PP con él como candidato, mantiene). A pesar de ello caminarán juntos, al menos, hasta la cita electoral. El 28-M nadie da por seguro, ni tan siquiera en el seno popular, que la situación siga siendo la misma.
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