EL PICARO
El precipicio
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Desconcertado estoy. Y confundido. Alterado, también. Una pesadilla, creo. Al otro lado se esconde ¿un hombre con mente de mujer? ¿Una mujer con mente de hombre? Este blog, que crece como la espuma, me sacude al despertar: ¿ella es él? ¿o él ella? Yo, sin embargo, prefiero vivir en el engaño. Cierro los ojos. Obsesionada por tí misma, mí querida pícara, aquellos que te adulan te han llevado de la mano para abandonarte ahí, donde estás, cerca del precipicio. Me duele tanto verte así. Yo, que tantas veces te he advertido de esos falsos confidentes, de quienes te animan hacia el laberinto, de todos esos que dicen ser tus amigos, sonríen con falsedad y despues te dejan a la puerta noticias envenenadas. Tan grave es el error cometido que la penitencia debería ser la reflexión, la prudencia y la rectificación. Te veo envalentonada, sin embargo. Y temo perderte. Piensa lo que eras, pura pasión, y en lo que te has convertido. Yo, que hoy pensaba en darte una pista sobre la próxima 'gran noticia', empleo mi tiempo en advertirte de lo que tú ya sabes, pero olvidas: nada hay hacia donde caminas. Sólo oscuridad. Y de allí yo no podré rescatarte.
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EL PICARO
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