FIN DE SEMANA / OPINION
¡Precaución!
¡Realidad a 32 horas!
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Juan García Campal
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Para servidor se acabó la semana. La llamada santa, quiero decir. Con la procesión del Santo Entierro -sí, ya sé que dije ayer que con la de Los Pasos, pero uno tiene amigos adictos a la cosa y, a veces, es solidario- he dado por terminadas las posibilidades de compartir algo, aunque sólo fueran reflexiones sobre el sufrir humano, con quienes con devoción, o sin ella, tienen la semana especialmente dedicada o consagrada a su fe, con quienes la tienen por semana venerable por algún motivo de religión. Para éstos continuará hasta el día de sol, mi día de sol, su domingo de resurrección. Para mí, que creo que con la muerte se acaba todo, toda vida y con ella nuestro reinado, al menos, y si acaso, sobre nosotros mismos, con la muerte, con el entierro compartido con sus allegados, se ha terminado toda coincidencia, toda posibilidad de estar en pasión con ellos.Pero esta pasión con (com-pasión), la he vivido como una demostración más de la posibilidad de compartir, coincidir en unas cosas, sí, y en otras, no; sin necesidad alguna de unanimidad, de adhesión inquebrantable. Tal y como, sin duda, no se compartieron unanimidades ni adhesiones totales bajo los pasos, o esperando turno en la reserva, o acompañando musicalmente a pasos y papones, o simplemente, como en mi caso, viéndolos pasar; pues de seguro cada cual tiene su porqué que a nadie más importa. ¡Qué diversidad de sensibilidades espirituales! Porque si bien para unos puede ser representación o rememoración de lo hechos acaecidos a su Dios, yo bien puedo abstraer de cada uno de los Cristos, de las Vírgenes, representaciones del mal hacer humano y, parafraseando a Javier Otaola, ver en ellas "la dignidad del justo perseguido, la fuerza de la bondad en medio del padecimieto, la amistad traicionada, el amor de la madre por su hijo...". Porque, como del mismo Javier Otaola cité el año pasado en otro artículo: "hay en la Semana Santa una experiencia ética y estética que está abierta a todos... una experiencia felicitaria, emocionante, de esas que esponjan el corazón".
Y ahora, precaución, mucha precaución, que a la vuelta de la esquina, el lunes, está ahí de nuevo la realidad con sus sobredosis. Pero para eso ya ando buscando antídoto y/o paliativos, que aquí mismo pondré, a su alcance, por si de ellos quisieran usar.
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Juan García Campal
http://juancampal.blogspot.com
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