OPINION / RUGIDOS MAÑANEROS
Pero sin miedo
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Juan García Campal
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No quiero que me pase lo de ayer, que me pudo la lumpereza, o pereza que da los lunes, así que hoy madrugo.Dan nuevas los medios de comunicación de que, por fin, el Partido Popular de León ha sabido encauzar sus pequeños desacuerdos, sus cuestiones de matiz, sobre la definitiva composición de la lista de candidatos al Ayuntamiento de León y, lo que no es menos, sobre quién será candidata a la Diputación Provincial. Me alegro por ustedes, y espero que así sea, aunque, personalmente, déjenme que lo dude. Demasiado se han tensado las cuerdas, o los muelles, para que ahora regresen a su ser como si nada hubiera o hubiese pasado.
Podrá darse de aquí a las elecciones una imagen de unidad fuenteovejunera, e incluso mantenerla si todo les sale, de las urnas, a pedir de boca. Y ese a pedir de boca lo cifro en la recuperación de la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de León y en la consecución de la presidencia de la Diputación provincial; lo demás es harina de otro costal.
¿Pero y si así no fuera? Cada cual se lo conteste. No seré yo quien quede de sembrador de las cizañas que desde el propio Partido Popular se han aireado por la ciudad y que, me atrevería a afirmar, continuarán. Y digo esto, porque considero injusto que se diga que lo sucedido hasta ahora y su reflejo en los diversos medios obedeciera a "una agitación de los medios de comunicación" locales, ni que estos, tal como supuestamente dijo la presidenta provincial, Isabel Carrasco, "no nos tienen respeto".
Claro que les tienen respeto, mucho más del que se pueda creer; pero, no olvidemos, que, el respeto, como la autoridad, es algo que se gana cada día. ¿Cómo? De manual: consiguiendo buenos resultados, esto está por ver; planteando proyectos o programas creíbles, competitivos y atrayentes, esto deben decirlo sus correligionarios hasta en tanto se hagan públicos; consiguiendo un buen clima interno en la organización, el partido, a la vista está, sin más comentario; y, por último, con la confianza y lealtad, o responsabilidad social, no transmitiendo datos o filtrando informaciones que no respondan a la realidad.
Se les tiene respeto, claro que sí se les tiene respeto, faltaría más. Lo que no se les tiene, y seguro que ustedes son los primeros interesados en que no se les tenga, es miedo. Asuma pues cada cual su responsabilidad y no se transfiera hacia los medios, que informan de lo que ven y opinan sobre ello, la que corresponde a esa organización y a sus dirigentes y cargos públicos, salvo honrosas excepciones.
Así es como yo lo veo, claro que puede ser otra rareza mía, vamos, un rugido mañanero y entonces será como un murmulencio, ya saben, el murmullo que se oye en el silencio.
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Juan García Campal
http://juancampal.blogspot.com
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