EL PICARO
En la niebla
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He tenido una pesadilla. Desaparecías. Y mi cuerpo se ha estremecido. Al despertar, atormentado, encontré alivio. Estabas ahí, todavía. Reconfortado estoy, por lo tanto. Suspiro con tu presencia, que aún me inspira, y no me imagino sin tu mirada. Pero... perdida te veo. Pícara mía. Yo, que te leo, te imagino en medio de la niebla. Perdida. ¿Qué ha sido de tus fuentes? Siempre serviles, hasta el engaño. Golpeas a ciegas hoy y no ves el camino. Tanta traición has sufrido, tan débil te has mostrado, que quienes tus amigos decían ser en realidad sólo traicionaban tu sensible corazón y ahora tú, aquí, sin saber hacia dónde caminar. Qué será de tí, amada mía. Acaso sería lógico pedir perdón. Humana eres, al fin y al cabo. Aún recuerdo tu último desliz, ése que te atormenta, y siento un escalofrío. Rectificar es de sabios. De necios, morir de orgullo. Respira. Respira. Y para aliviar, un acertijo te propongo: ¿Qué gran noticia se ha fraguado en los últimos días y de la mano pasea por la calle? ¿Esperarás a mayo para conocer la respuesta?
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EL PICARO
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EL PICARO
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