FIN DE SEMANA / REPORTAJE / Manolo Quijano ha vuelto: así es el nuevo éxito del artista leonés
‘Vidas y venidas’, un cd intimista, alocado yseductor, ha comenzado ha sonar esta semana
y estará a la venta a partir del 16 de abril
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Ya se le echaba de menos. Han pasado más o menos tres años desde la última vez que se supo algo de él, y en el aire, en las ondas, en el día a día se echaba en falta esa combinación imposible, única y original que conocemos como el “Sonido Quijano”. El próximo 16 de Abril Quijano regresa definitivamente para quedarse; vuelve con un disco cargado de canciones bajo el brazo, concretamente 11 + 1, vuelve con un espíritu renovado. La clase, el gusto, el seductor y el “canalla” empastan mejor que nunca; en definitiva, Aleluya!, vuelve el Sonido Quijano. De Quijano se sabe mucho menos de lo que se conoce; es grande, especial, distinto, lleno de vericuetos que conducen a su mundo y convergen en su grandeza.
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Un poco de Historia
El “Sonido Quijano” nace en 1997, con un primer álbum homónimo, un tanto desconocido pero con un germen entre sus estrofas, el de la identidad. En el 99, Quijano publica la piedra angular de su éxito sin precedentes, “La extraordinaria paradoja del sonido Quijano”, un álbum que contiene el primer hit demoledor del artista, “La Lola”, tema que ha pasado por derecho propio a formar parte de ese listado popular de canciones indispensables de la música en español. “La Lola” como punta de lanza de un completísimo álbum, posiciono a Quijano como una de las bandas más originales aparecidas en nuestro país en los últimos 20 años. Las ventas se disparan, los conciertos se multiplican y empieza a sonar el nombre de Quijano al otro lado del Atlántico. Quijano es una realidad y ya es uno de los nombres importantes de nuestro país. Con “La Lola” sucede lo que muy pocas veces ocurre, reconocimiento al máximo nivel; se convierte en número uno en, prácticamente, todos los países de habla hispana. Y tras 43 años de existencia, los premios Grammy americanos les reciben como el primer grupo español nominado en la historia de tan prestigioso galardón.
Después, doble nominación a los Latin Grammys y premios y más premios reconociendo como compositor, en medio mundo, a Quijano. Bandas sonoras para películas o series de televisión en USA, México, Argentina, Chile, España; spots de televisión para toda Europa, campañas publicitarias para las marcas más importantes; todos piden las canciones de Quijano.
En el 2001 incluye once composiciones en el disco titulado “La taberna del Buda” y se venden cerca de un millón de copias. Se bate un record, que aun perdura; el de conciertos realizados en España por un artista, más de 200 en año y medio y reciben el Premio de la Academia de la Música a la “Mejor Gira” junto con el “Premio Ondas”.
Algo pasa con Quijano, sus más de 150 apariciones en televisión durante la vida de “La taberna” dejan patente un hecho que llega hasta nuestros días: suben los picos de audiencia con su sola presencia en el escenario. ¿Qué pasa? ¿Por qué pasa?, sea lo que sea que pase, es cierto y ha quedado constancia de ello.
Continúan los premios y continua el éxito al tiempo que llega, en el 2003, “Qué grande es esto del amor”; cerca de medio millón de copias vendidas a éste y al otro lado del Atlántico con el, hasta ahora, último ramillete de canciones de Quijano incluidas en un álbum.
En esta obra queda constancia su credibilidad, seriedad y, sobre todo, del respeto hacia su forma de composición por parte de otros artistas. Joaquín Sabina presta su ironía, su voz; Celine DIon impregna de su preciada sensibilidad una interpretación casi mística y, entre los dos, envuelven para regalo un disco calificado como “una necesidad”. Quijano, como él dice, puede morirse tranquilo…
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Así es su nuevo trabajo
Ahora está aquí, con sus “VIDAS Y VENIDAS” para volver a contar. Sin prisa, relajado y entre las dos costas de los Estados Unidos, así grabó Quijano su último crisol de historias. Para regalo de los oídos que detallan la escucha, once nuevos perdones, porque, sobre todo pide perdón, por amar con fallo o por presumir de vividor, que en realidad, no lo es, al menos en el sentido canalla de la palabra.
Una balada, “Cinco Letras”, para la que la riqueza del castellano se queda escasa en su calificación, es lujo cantado en dos octavas de voz; susurra la canción y crece, crece y se hace inmensa…
“La Magdalena” es unisex, es verdad, es chicle de fórmula sencilla en la composición pero imposible para casi todos los que bucean en palabras que se acompañan de notas. Es la simpleza compleja, muy difícil de inventar, y él la ha inventado.
Retratos en blanco y negro, “El golfo”; en colores cruzados, “El formal” o en tonos pastel y medio dramáticos, “El arrepentido”.
Sonidos de sofá mirando al techo y examen de conciencia masculino, “Te pido perdón” o sinceridad en grado máximo, realidad dolorosa pero contexto sigo XXI, “Esto es amor…”.
Si buscamos la canción de nueve a noventa, existe, también existe en estas “Vidas y venidas” y se dice “Sólo te puedo decir”; hay que escucharla y mirar sonriendo a quien tengas al lado; el o ella pensarán como tu, es playa, hoguera, guitarra y tòpico pero es una caricia, eso es esta colección de deseos de pensamiento, de añoranza, de nostalgia. Sólo es, simplemente, preciosa.
“Besos con versos” explica sueños y pide una oportunidad, la de amar a lo bestia, a lo infantil pero maduro. Un solo a lo Knopfler, largo y locuaz y luego “quiero dejar que me apriete tu mano, aunque pasen cien años, cuando sea un anciano y no pueda ni andar…”
Y te quedas con ganas de viajar a México, a Guanajuato, sólo por curiosidad, por bajar las escaleras de “Paco” y dejar que te hagan, lo que sea, pero que te hagan. Algo hay, y en cada imaginación es algo distinto; pero esta canción es morbo y bar, guitarra barítona, Tarantino Sound, tufo fronterizo, te deja sin aire.
Si llegado el momento has de lamentarte por el paso del tiempo y te atropella el recuerdo, los protagonistas de esta historia forman tu equipo, el de los futbolistas de cronología errónea; lamento por haber nacido antes de tiempo es esta melodía sutil de “La balada del futbolista”.
Y llegado el momento, me quito el sombrero, me rindo a lo que es esta vida venida, una insultante genialidad, aunque quisiera exagerar pero la realidad es exageración.
Quijano ha vuelto. Es el momento de disfrutar.
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Un poco de Historia
El “Sonido Quijano” nace en 1997, con un primer álbum homónimo, un tanto desconocido pero con un germen entre sus estrofas, el de la identidad. En el 99, Quijano publica la piedra angular de su éxito sin precedentes, “La extraordinaria paradoja del sonido Quijano”, un álbum que contiene el primer hit demoledor del artista, “La Lola”, tema que ha pasado por derecho propio a formar parte de ese listado popular de canciones indispensables de la música en español. “La Lola” como punta de lanza de un completísimo álbum, posiciono a Quijano como una de las bandas más originales aparecidas en nuestro país en los últimos 20 años. Las ventas se disparan, los conciertos se multiplican y empieza a sonar el nombre de Quijano al otro lado del Atlántico. Quijano es una realidad y ya es uno de los nombres importantes de nuestro país. Con “La Lola” sucede lo que muy pocas veces ocurre, reconocimiento al máximo nivel; se convierte en número uno en, prácticamente, todos los países de habla hispana. Y tras 43 años de existencia, los premios Grammy americanos les reciben como el primer grupo español nominado en la historia de tan prestigioso galardón.
Después, doble nominación a los Latin Grammys y premios y más premios reconociendo como compositor, en medio mundo, a Quijano. Bandas sonoras para películas o series de televisión en USA, México, Argentina, Chile, España; spots de televisión para toda Europa, campañas publicitarias para las marcas más importantes; todos piden las canciones de Quijano.
En el 2001 incluye once composiciones en el disco titulado “La taberna del Buda” y se venden cerca de un millón de copias. Se bate un record, que aun perdura; el de conciertos realizados en España por un artista, más de 200 en año y medio y reciben el Premio de la Academia de la Música a la “Mejor Gira” junto con el “Premio Ondas”.
Algo pasa con Quijano, sus más de 150 apariciones en televisión durante la vida de “La taberna” dejan patente un hecho que llega hasta nuestros días: suben los picos de audiencia con su sola presencia en el escenario. ¿Qué pasa? ¿Por qué pasa?, sea lo que sea que pase, es cierto y ha quedado constancia de ello.
Continúan los premios y continua el éxito al tiempo que llega, en el 2003, “Qué grande es esto del amor”; cerca de medio millón de copias vendidas a éste y al otro lado del Atlántico con el, hasta ahora, último ramillete de canciones de Quijano incluidas en un álbum.
En esta obra queda constancia su credibilidad, seriedad y, sobre todo, del respeto hacia su forma de composición por parte de otros artistas. Joaquín Sabina presta su ironía, su voz; Celine DIon impregna de su preciada sensibilidad una interpretación casi mística y, entre los dos, envuelven para regalo un disco calificado como “una necesidad”. Quijano, como él dice, puede morirse tranquilo…
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Así es su nuevo trabajo
Ahora está aquí, con sus “VIDAS Y VENIDAS” para volver a contar. Sin prisa, relajado y entre las dos costas de los Estados Unidos, así grabó Quijano su último crisol de historias. Para regalo de los oídos que detallan la escucha, once nuevos perdones, porque, sobre todo pide perdón, por amar con fallo o por presumir de vividor, que en realidad, no lo es, al menos en el sentido canalla de la palabra.
Una balada, “Cinco Letras”, para la que la riqueza del castellano se queda escasa en su calificación, es lujo cantado en dos octavas de voz; susurra la canción y crece, crece y se hace inmensa…
“La Magdalena” es unisex, es verdad, es chicle de fórmula sencilla en la composición pero imposible para casi todos los que bucean en palabras que se acompañan de notas. Es la simpleza compleja, muy difícil de inventar, y él la ha inventado.
Retratos en blanco y negro, “El golfo”; en colores cruzados, “El formal” o en tonos pastel y medio dramáticos, “El arrepentido”.
Sonidos de sofá mirando al techo y examen de conciencia masculino, “Te pido perdón” o sinceridad en grado máximo, realidad dolorosa pero contexto sigo XXI, “Esto es amor…”.
Si buscamos la canción de nueve a noventa, existe, también existe en estas “Vidas y venidas” y se dice “Sólo te puedo decir”; hay que escucharla y mirar sonriendo a quien tengas al lado; el o ella pensarán como tu, es playa, hoguera, guitarra y tòpico pero es una caricia, eso es esta colección de deseos de pensamiento, de añoranza, de nostalgia. Sólo es, simplemente, preciosa.
“Besos con versos” explica sueños y pide una oportunidad, la de amar a lo bestia, a lo infantil pero maduro. Un solo a lo Knopfler, largo y locuaz y luego “quiero dejar que me apriete tu mano, aunque pasen cien años, cuando sea un anciano y no pueda ni andar…”
Y te quedas con ganas de viajar a México, a Guanajuato, sólo por curiosidad, por bajar las escaleras de “Paco” y dejar que te hagan, lo que sea, pero que te hagan. Algo hay, y en cada imaginación es algo distinto; pero esta canción es morbo y bar, guitarra barítona, Tarantino Sound, tufo fronterizo, te deja sin aire.
Si llegado el momento has de lamentarte por el paso del tiempo y te atropella el recuerdo, los protagonistas de esta historia forman tu equipo, el de los futbolistas de cronología errónea; lamento por haber nacido antes de tiempo es esta melodía sutil de “La balada del futbolista”.
Y llegado el momento, me quito el sombrero, me rindo a lo que es esta vida venida, una insultante genialidad, aunque quisiera exagerar pero la realidad es exageración.
Quijano ha vuelto. Es el momento de disfrutar.
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