sábado, 17 de marzo de 2007

FIN DE SEMANA / Una leonesa ha vivido durante doce años con un DIU perdido en su cuerpo



Mari Carmen Fernández sufrió un diagnóstico
erroneo que le ha provocado duras secuelas / La
paciente ha decidido hacer pública su situación
para evitar otras similares
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Mari Carmen Fernández aún intenta recuperarse de la 'pesadilla' vivida. Esta lacianiega ha presentado una reclamación ante la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León por los daños y perjuicios derivados de una "deficiente o defectuosa" asistencia sanitaria tras llevar durante 12 años un DIU 'perdido' en su cuerpo sin que los médicos lo detectasen. "Horrible, un sin vivir", afirmó la afectada, Mari Carmen Fernández, en referencia a los últimos cinco años de su vida, desde que en 2002 le descubrieron un DIU dentro de su cuerpo, que era la causa de sus "fuertes dolores". En realidad, los médicos le vieron dos DIUs, uno bien puesto, que ella misma se había colocado, "y otro en el cuerpo". "El que tenía en el cuerpo llevaba 12 años ahí metido sin saber que lo tenía", explicó a Europa Press Televisión Mari Carmen Fernández, que sufría 'muchos dolores, muchas hemorragias e infecciones, sin que nadie diera una respuesta'.
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El origen del DIU
Hace 16 años, la afectada, que en esa época vivía en Villablino (León) de donde es natural, decidió junto con su marido tener otro hijo, por lo que le retiraron el DIU que tenía puesto. Se quedó embarazada y tuvo a su hija pequeña y meses después de dar a luz, se colocó otro DIU. "Un día deja de bajarme el periodo", señaló y, después de ir al médico y de ponerse varias inyecciones, descubrieron, tras una analítica, que estaba embarazada de tres meses. "El médico me dijo que debí de perder el DIU, que como es una cosa pequeña pude perderlo por el servicio sin darme cuenta", recordó la mujer. Dos días después sufrió una fuerte hemorragia en la que le salió 'un coágulo muy grande'. En ese momento, sufrió un aborto y la derivaron al hospital de Ponferrada. Una vez allí, ella les explicó a los médicos que "tenía un DIU y que le habían dicho que lo había perdido", por lo que les pidió que la "miraran". "Me hicieron una placa y me dijeron que no tenía ningún DIU, que lo perdí", indicó. Después de eso, y convencida de que era verdad que lo había perdido, se colocó otro DIU para evitar quedarse embarazada.
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Los dolores
Posteriormente, comenzó a sufrir "unos cólicos muy fuertes". "Un día me puse muy mala y fui a urgencias', donde el médico, convencido de que podía tratarse de un problema del riñón, decidió hacerle una placa, donde descubrieron que tenía un DIU puesto. Según denunció la mujer, esa placa desapareció cuando ella la reclamó para llevarla consigo al hospital de Ponferrada. Para extraerlo, una ginecóloga dijo "que tenía que ser por el ombligo, y si no me tendrían que abrir la barriga". Después de quitarle el DIU bien colocado y de hacerle "un raspado para ver cómo tenía el útero", a los dos días entró en quirófano."Entré en quirófano y cuando desperté tenía la barriga rajada", ya que los médicos lo lograron sacarle el DIU por el ombligo. "El médico me dijo que tuvieron que sacarme todas las tripas para fuera y buscar con las manos, a ciegas", recordó. Fue entonces cuando la mujer se separó y se trasladó a vivir a Ribadeo con su hija pequeña. "Volví a tener cólicos, dolores muy fuertes, en urgencias me decían que eran gases, hasta que un día me mandaron a Burela', donde un cirujano le informó de que tiene 'algo muy grave", con el 99% de posibilidades de que se trate de un cáncer maligno.
Durante la operación los médicos comprobaron que no se trataba de cáncer. "Era el uno por ciento raro, el líquido", precisó. Le quitaron un ovario y le dejaron el otro "porque estaba bien". La causa de los dolores estaba, según le explicaron, "en la operación para quitar el DIU, porque entonces abrieron una telina que luego cosieron con la grasa; estrangularon el ovario para atrás y le dejaron encerrado, con lo que al ovular, el líquido que debería absorber el cuerpo no tenía para dónde ir" y acabó haciendo "una bola que creció; se pudrió el ovario y tuvo que explotar por algún lado".
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Tercera operación
Los dolores siguieron "porque tuve una infección muy grande". En Lugo, los médicos le dijeron que "tenía las tripas muy mal, que había que hacer una operación muy delicada, ya que había que raspar las tripas con mucho cuidado". En mayo de 2006 entró por tercera vez en un quirófano. "Me vaciaron entera, me limpiaron el intestino y me quitaron el apéndice", precisó. Sin embargo, los dolores siguieron y la mujer tuvo que estar sometida a tratamiento psicológico, y en la actualidad psiquiátrico, para poder descansar, ya que no puede dormir más de tres horas. "Tengo 40 años y estoy destrozada por dentro", afirmó.
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Futuro
Mari Carmen insistió en que estos años fueron "horribles" para ella y para su familia y subrayó que, gracias a su apoyo, comienza a recuperarse. "Estoy empezando un poco a subir, pero es muy lenta la subida, porque fue mucho dolor y muchos años los que estuve sufriendo por un error que con una simple placa ya se veía". La mujer explicó que ha decidido hacer público su situación "para que tengan cuidado, porque nunca te explican que esto te pueda pasar, que te puede perforar el útero; que están jugando con la vida de una persona". Su caso está pendiente de la respuesta de la Consejería de Salud de la Castilla-León a la reclamación presentada por su abogado. Si no contesta en plazo, el silencio administrativo dará paso al contencioso-administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-León. Por su parte, la Consejería de Salud de la Junta declinó hacer ninguna valoración sobre la reclamación presentada.

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