2.000 personas asisten a la lectura del pregón de la Cofradía de las Siete Palabras en León
Foto: Peio García
El alcalde de León destaca en su intervención,
pronunciada ante los representantes de la
cofradía montados a caballo, la gran
importancia de la Semana Santa leonesa
.
Mario Amilivia, alcalde de León, ha sido el encargado de leer esta mañana el pregón de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz desde el balcón central del Palacio de los Guzmanes –sede de la Diputación Provincial- ante cerca de 2.000 personas. En su intervención el alcalde destacó el carácter y la importancia de la Semana Santa de la capital leonesa, declarada de Interés Turístico Internacional. "Ante mí, como regidor de esta ciudad, han acudido los hermanos y hermanas de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, solicitando autorización para llenar calles y plazas con la voz de este proclamo, pregonando a los cuatro vientos su inmemorial compromiso con las últimas palabras del Crucificado", dijo. Los presentes acompañaron a los 13 miembros de la Cofradía que, montados a caballo, escuchaban atentos las palabras del alcalde. La lectura del pregón supone la antesala del Sermón de las siete palabras y la posterior procesión que en la tarde del viernes santo recorrerá las principales calles del centro de León. Además, la plaza de la catedral, la plaza de San Isidoro y la plaza Mayor, fueron otros de los enclaves que el cortejo visitó, leyendo los versos que compuso el leonés Jorge Revenga.La Cofradía se fundó en septiembre de 1962 por el entonces Obispo de León, Luis Almarcha, aunque el principal impulsor y auténtico fundador fue Eduardo de Paz Díez. En la actualidad cuenta con más de 1.700 cofrades y con cinco pasos que procesionan el Viernes Santo, conmemorando las siete palabras de Cristo, "Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen" "En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso", "Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre", "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", "Tengo sed", "Todo se ha consumado" y "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
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