FIN DE SEMANA / El Ave cumple 15 añós y la única conductora de este tipo de trenes es leonesa
línea de alta velocidad María Teresa Rey
(Villadangos del Páramo, León, 1962)
conducía trenes de mercancías;
hoy es la única mujer jefa de tren
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Eran las 02:56 horas. Ilusión, responsabilidad y los nervios de un gran estreno. Son las sensaciones que Manuel Galve recuerda de aquella mañana en la estación de Santa Justa, cuando a las siete de la mañana puso en marcha el primer tren AVE con clientes dirección Madrid. Nacido en el ferroviario barrio de las Delicias, en Zaragoza, Manuel tenía 32 años. Un estreno con tres escenarios: la estación de partida, el propio tren, con el cartel de no hay billetes, y la estación de llegada. "El viaje fue muy tranquilo, llegamos con cinco minutos de adelanto", recuerda este nieto de un guardafrenos, hermano de otros dos maquinistas. "El problema fue cuando llegamos a Atocha.El andén estaba lleno de cámaras de televisión, la gente aplaudiendo. En ese momento sí me dije a mí mismo: la que has liado". La víspera, el día 20, llevó un AVE de Madrid a Sevilla sin viajeros. No sabía que ese día la ciudad asistía a los fastos inaugurales de la Expo, como ahora en su Zaragoza natal. Pernoctó en el hotel Virgen de los Reyes. "Hasta el día anterior no me dijeron que yo llevaría ese tren". En 2000 dejó de conducir trenes AVE y se dedica a formar a quienes lo hacen. Padre de dos hijos, ese 92 se fue a vivir a Madrid, lejos de la familia. Su gran afición, junto al montañismo y escribir, con una novela a medias.
Ese día, María Teresa Rey (Villadangos del Páramo, León, 1962) estaría conduciendo "de señal a señal" trenes de mercancías en Vicálvaro. Hoy es la primera y la única mujer jefa de tren, nombre técnico para quienes conducen estos trenes de Alta Velocidad.
Todos los habitantes de su pueblo cabrían en el tren 9636 que el pasado miércoles condujo hasta Santa Justa, el mismo nombre que su abuela. Su padre trabajaba de enganchador en la estación de su pueblo. "Estaría encantado, babearía, pero se murió. Nos encontraremos en el otro lado y se lo diré: fíjate, que llegué a maquinista del AVE".
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De un lado a otro
Esta leonesa conoció en Oviedo a Alejandro Moro, un gallego de Monforte de Lemos que también es jefe de trenes AVE. "Nos cruzamos muchas veces. Él iba hoy a Antequera". Huyen del mundanal ruido en su casa de Azuqueca de Henares, Guadalajara, en la baja Alcarria. Le encantan los animales. Tuvo veinte periquitos, pero ha decidido no tener más pájaros. "Ya sólo un AVE y un Pato", dice en referencia al modelo de tren de Alta Velocidad 102. Jugando con los apellidos de estos dos jefes de tren, Moro Rey, muestra su admiración por el personaje de Boabdil. "Fue capaz de entregar las llaves cuando podía haber destruido una ciudad maravillosa. Para mí la quisiera la Alhambra de residencia de verano".
Dice que lo suyo no es afición, sino trabajo. "Tengo un despacho móvil, que no lo tiene el tío más rico del mundo, igual los jeques en sus aviones, pero van entre nubes". "Me siento feliz", dice María Teresa. La única jefa de tren entre un centenar largo de compañeros.
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