OPINION / RUGIDOS MAÑANEROS

¡Maestro Chamorro!

Me remate la faena, por favor

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Juan García Campal

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Como notoria y públicamente no tengo nada de nacionalista, qué mejor manera de homenajear al patrón de mi patronal, el discutido si cartagenero Isidoro de Sevilla -el santo, no el clandestino González- que leyendo pausadamente el desayuno internaútico celebrado con el leonesista Javier Chamorro en La Crónica. Lo leo sin prisa, demoradamente. Intentando por todos los medios -y lo digo sincera y seriamente- llegar a comprender del leonesismo algo más que su anticastellanismo.
He de reconocer que tiene cintura, regatea en corto, dribla hábilmente y no es malo en el despeje. La verdad, si la crónica que ofrece El Mundo no estuviese salpicada de fotografías, bien podría haberme creído que había acudido Javier Chamorro a la cita vestido de luces, para mejor salir del lance sin dejar de marcar paquete superlativamente leonés, pero eso solamente.
Leonés, para mí, es un gentilicio y, como cualquiera otro, no denota calidad ni cantidad de nada en absoluto. Por eso quizás cuando le preguntan su arco político social, la ideología de la UPL, contesta con la siguiente chicuelina: "nuestra ideología política es León, y ahí entra gente de izquierda, derecha y centro". ¡Coño!, ahí y en la playa. ¿Pero qué intereses de qué leoneses defienden ustedes, o van a reinventar el haz de las tierras de León, el yugo de sus gentes y el verticato sindical donde a todos nos pondrán de acuerdo por el bien de León, su valor supremo? ¡Venga ya! No tienen ustedes mejores militantes que quienes hacen la política regional y nacional, que los que por desidia les facilitan la coña identitaria. Les hacen la campaña y el discurso y todo de gratis total.
Frena al bicho para intentar sacarselo por lo natural, Javier Chamorro, cuando se afirma muy, pero que muy regionalista a la hora de "negar una pregunta", ya hecha, sobre los contactos de Abel Pardo con partidos aberzales o nacionalistas radicales, e identificando a estos hábilmente con violentos, -y sin que yo los afirme- se saca el morlaco de encima. No me constan tales contactos con violentos, bien creo también que fue rumorología interesada, pero no cabe duda ninguna que el citado candidato, número tres por la UPL al ayuntamiento de León, Abel Pardo, no es regionalista y sí es nacionalista, y, si no, que alguien me explique por qué en la página web de Conceyu Xoven se llama "autividaes (actividades) internacionales" a encuentros habidos en Cataluña, Mallorca, Galicia, Valencia o Aragón, o por qué se mezcla a las Juventudes Andalucistas (Andalucía), a Gazte Abertzaleak (Euskal Herría, así lo pone), Coalición Canaria (islas Canarias, así lo pone), Chobenalla Aragonesista (País Aragonés, así lo pone), Unió de Joves (Països Catalans, así lo pone) y Nafarroa Iratzarri (Nafarroa, así lo pone) junto a varias organizaciones sí internacionales, vamos, de fuera del solar patrio conocido por el común de vecinos como España. O que se me diga a qué se refiere esa misma página cuando habla de "construcción nacional", porque servidor ha preguntado al Instituto Geográfico Nacional encargado del control de la cosa sismológica y la patria sigue íntegra y sin problemas dignos de mención ni en su estructura ni en sus cimientos.
Claro que Javier Chamorro afirma rotundo que lleva a Abel Pardo en la lista porque aporta votos y entonces esa puede ser razón suficiente y claramente ideológica, vamos, que da idea, para no preguntarse más, o para mirar para otra parte.
Si no es ahora, llegará más temprano que tarde el inevitable momento de la definición y más de uno se va a sentir engañado en su sentimiento o sentimentalismo leonés.
De la llingua lleonesa ya falaremos otro día, que andamos ambos con palabres sueltas. Y en honor a la verdad hay que destacar que Conceyu Xoven ha corregido de 300.000 a "55.000 los falantes maternos (del llïonés) según las últimas encuestas" aunque permanece que "bastantes llïoneses tienen déficits nel usu de la llingua castellana".
Lo dicho, un maestro del pase Javier Chamorro, que mucho me gustaría me rematase esta faena del nacionalismo sí, nacionalismo no, de la UPL, no suyo, de su idología y de la cosa lingüística y no del sentimiento o sentimentalismo leonés por los agravios recibidos en estos años, que haberlos haylos. Sería esencial, porque todo lo demás no deja de ser vocación de perennidad en la cosa pública.
Pero, seguro que esto son rarezas mías, exceso de fiesta, un rugido mañanero.
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Juan García Campal
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