OPINION / RUGIDOS MAÑANEROS

Fotos que hablan

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Juan García Campal

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El periódico argentino La Nación ofrece diariamente a sus lectores una sección titulada "la foto que habla". Lo hace normalmente a base de bocadillos, ya saben, "esos espacios, generalmente circundados por una línea curva que salen de la boca o cabeza de una figura, en el cual se representan palabras o pensamientos atribuidos a ella" que dice el DRAE. Yo vengo observando desde el primer día de su publicación el pasado día 12 en lahoraleonesa.es la foto de Peio García del último Comité Ejecutivo de los populares leoneses y esa sí me parece una foto que realmente habla y sin necesidad alguna de bocadillos. Es tal la elocuencia de sus silencios que aunque no deleita y menos persuade, sí, al menos a mí, conmueve. Los gestos o ademanes retratados tienen la eficacia de hacerlo, dan a entender, o así lo creo, algo con viveza, que es, más o menos, lo que también el DRAE establece para el término elocuencia.
Examinémosla, escuchémosla. Cinco grabadoras y ocho micrófonos esperan la lluvia de palabras. Y a su alrededor todo es silencio. Casi dudan todos, los trece artefactos, si girar sus sensibles membranas hacia la única boca abierta, claramente abierta, que aparece en la foto, la del discreto vaso que esconde su nimia importancia tras el cartel ppleon.com.
Eduardo Fernández, como buen secretario, parece buscar entre papeles, o esconder en su contemplación el discurrir sobre qué decir, sobre cómo salir sino airosos al menos rápido de esa tensión que todo lo envuelve. Tensión y silencio, ¡qué opacidad! Si no fuera por las buenas artes de Peio García, la foto, la realidad, sería negra total, sin la mínima entrada de luz.

Ella, Isabel Carrasco, es toda soledad. Soledad y conciencia. Quizás alguien acabe de citarle a Ortega y su "no es esto, no es esto" y se le haya llenado la cabeza de posibles consecuencias. Mantiene la mirada perdida en un punto, tal que un mañana, incierto. No busca la mirada de nadie. No. Ese acto precisa de una certeza, de una convicción, y ahora todo es, son dudas. Dudas incluso de si encontraría otra mirada que no fuera la del reproche o el desafío, porque frente a ella se encuentran sentados todos -todos menos el secretario que se refugia en sus secretos-, todos miran hacia ella, pero no hacia sus ojos, nadie le ofrece una mirada donde reposar ese cansancio de siglos que es su pensamiento ahora -acaso por eso ella misma se de apoyo, curiosamente con su mano izquierda, tal vez no tan valiosa como ella pensara para ciertos menesteres-. Además, al fondo, sabe, nota, percibe, sospecha, cree posibles, más conspiraciones y estrategias. No tenemos foto que nos hable de ellas; y por lo tanto de ellas no hablaremos por más que las sepamos ciertas, aunque no descarto que todo sea fruto del consenso que dice el que no está en la foto porque está y no solo, al fondo.
Pero quizás todo sea que hoy es sábado y, más descansadas, mis rarezas hayan dado en este rugido mañanero.
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Juan García Campal
http://juancampal.blogspot.com