OPINION / RUGIDOS MAÑANEROS
Sobre el "inefable", dedicadoal venerable D. Antonio Gamoneda
.
Juan García Campal
.
Inefable me parece que Eduardo Bajo haya dedicado tal calificativo y artículo a la persona de don Antonio Gamoneda. Nunca hasta hoy he leído, ni observado, ni supuesto posible tal reacción en la persona de Eduardo. No se tomen estas palabras como retórica introductoria de lo que a continuación y en relación con el artículo "inefable Gamoneda" publicado en este mismo medio por el ya citado colaborador, y amigo, Eduardo Bajo. Créanme si les digo que incluso ahora que tecleo este dolor albergo la duda de que realmente haya sido Eduardo Bajo el autor de tal artículo. La airada pseudocrítica por inargumentada, los juicios morales que se le imputan, ese escribir en nombre de "todos" o "cuantos se han tomado la molestia de leer" unas declaraciones de don Antonio de las que más adelante daré cuenta y rúbrica, son de un estilo que me cuesta mucho trabajo creer hayan salido de la mano, de la cabeza y del corazón de Eduardo. Y lo digo con total sinceridad.
Acusar a don Antonio de verborrea es, creo, cuando menos, exagerado e injusto. Le conozco poco, nunca mejor dicho que de vista. Pues siempre lo he visto en medianas y largas distancias, jamás a él fui presentado y mi forma de ser me ha llevado siempre que lo sentí posible y necesario a retraerme y no acercarme a él para presentarme motu propio. Recuerdo que la última vez que lo vi fue en el bar Los Pelayos, en vísperas de la natividad. Allí compartía mesa con un grupo de personas entre las que se encontraba la profesora de la ULE Jeannick Le Men Loyer a quien sí saludé y con quien mantuve una breve conversación. Sentí la tentación de pedirle que me presentara a don Antonio, pero observando que escuchaba con atención a la conversación de sus compañeros de mesa, desistí de ello. Varias veces más les observé, siempre escuchaba. Fumaba, creo, y escuchaba. Pero bueno, incluso suponiendo que don Antonio fuese más pródigo en su verbo, que habría de ver ello en el merecimiento o no de un premio literario y lo que éste por su propio nombre, premio, y apellido, literario, indica. No lo entiendo. A no ser, claro, que se coincida con lo dicho el 28 de junio de 2004, en la Residencia de Estudiantes, por don Antonio en que "la poesía no es literatura" porque "...la literatura es una creación humana grandiosa, pero la literatura es ficción y la poesía es realidad". "Por la poesía -continua don Antonio- convertimos nuestro sufrimiento en placer. La poesía es una realidad y una conducta, y no es, necesariamente, una representación, un ornamento o una actividad informativa", y se apoye en esto para cuestionarle el premio literario, o los premios todos, por su arte poética.
Pero lleguemos a la causa principal de artículo tan arrebatado. No es otra ésta que las siguientes declaraciones de don Antonio (por cierto, no sólo publicadas en lahoraleonesa, sino también en el Diario de León del pasado lunes 16, y de donde copio): "en una entrevista concedida a la Agencia Efe, Gamoneda sostuvo que la crispación que en los últimos tiempos sufre la vida política nacional y su traslación al conjunto de la sociedad "no es una tormenta en un vaso de agua". "Es un problema que, en otras circunstancias y si no se diese la inevitable intervención de las causas internacionalizadas, sí estuviéramos en una situación de aislamiento nacionalizado, estaríamos casi en algo parecido al preámbulo de una guerra civil", señaló. No obstante, puntualizó que, en su opinión "eso no va a ocurrir, porque la democracia, aunque imperfecta, no se da solamente en términos localizados, sino en bloques internacionales en los cuales -tengo la sensación- no interesaría eso". Y a mayor abundamiento sigo copiando: "La práctica disolución de las ideologías" es, según el poeta, otro fenómeno histórico actual que aleja la posibilidad de un conflicto bélico como el de 1936, puesto que "el consumismo ha sustituido a las ideologías y el consumismo no es ni de izquierdas ni de derechas".
Acusar a don Antonio de verborrea es, creo, cuando menos, exagerado e injusto. Le conozco poco, nunca mejor dicho que de vista. Pues siempre lo he visto en medianas y largas distancias, jamás a él fui presentado y mi forma de ser me ha llevado siempre que lo sentí posible y necesario a retraerme y no acercarme a él para presentarme motu propio. Recuerdo que la última vez que lo vi fue en el bar Los Pelayos, en vísperas de la natividad. Allí compartía mesa con un grupo de personas entre las que se encontraba la profesora de la ULE Jeannick Le Men Loyer a quien sí saludé y con quien mantuve una breve conversación. Sentí la tentación de pedirle que me presentara a don Antonio, pero observando que escuchaba con atención a la conversación de sus compañeros de mesa, desistí de ello. Varias veces más les observé, siempre escuchaba. Fumaba, creo, y escuchaba. Pero bueno, incluso suponiendo que don Antonio fuese más pródigo en su verbo, que habría de ver ello en el merecimiento o no de un premio literario y lo que éste por su propio nombre, premio, y apellido, literario, indica. No lo entiendo. A no ser, claro, que se coincida con lo dicho el 28 de junio de 2004, en la Residencia de Estudiantes, por don Antonio en que "la poesía no es literatura" porque "...la literatura es una creación humana grandiosa, pero la literatura es ficción y la poesía es realidad". "Por la poesía -continua don Antonio- convertimos nuestro sufrimiento en placer. La poesía es una realidad y una conducta, y no es, necesariamente, una representación, un ornamento o una actividad informativa", y se apoye en esto para cuestionarle el premio literario, o los premios todos, por su arte poética.
Pero lleguemos a la causa principal de artículo tan arrebatado. No es otra ésta que las siguientes declaraciones de don Antonio (por cierto, no sólo publicadas en lahoraleonesa, sino también en el Diario de León del pasado lunes 16, y de donde copio): "en una entrevista concedida a la Agencia Efe, Gamoneda sostuvo que la crispación que en los últimos tiempos sufre la vida política nacional y su traslación al conjunto de la sociedad "no es una tormenta en un vaso de agua". "Es un problema que, en otras circunstancias y si no se diese la inevitable intervención de las causas internacionalizadas, sí estuviéramos en una situación de aislamiento nacionalizado, estaríamos casi en algo parecido al preámbulo de una guerra civil", señaló. No obstante, puntualizó que, en su opinión "eso no va a ocurrir, porque la democracia, aunque imperfecta, no se da solamente en términos localizados, sino en bloques internacionales en los cuales -tengo la sensación- no interesaría eso". Y a mayor abundamiento sigo copiando: "La práctica disolución de las ideologías" es, según el poeta, otro fenómeno histórico actual que aleja la posibilidad de un conflicto bélico como el de 1936, puesto que "el consumismo ha sustituido a las ideologías y el consumismo no es ni de izquierdas ni de derechas".
Pues qué quieren que les diga, que firmo y rubrico, porque aunque a día de hoy se haya aparentemente amansado la fiera, fuertes fueron los gritos provocados por algunos salvapatrias, y muchos los que gritaron "asesino" al Presidente del Gobierno, y muchos los que nos volvieron a recordar que a una pared a veces se le llama paredón. Pero ahora que releo ambos periódicos, lahoraleonesa y el Diario de León, el artículo de Eduardo Bajo y el de Chechu Gómez, quién realmente, me pregunto, no se ha tomado la molestia de leer y contrastar la noticia; dónde se cita en cualquiera de las versiones al Partido Popular; no se ha preguntado Eduardo Bajo a la sombra de quién ha reaparecido en las calles de España no ya la derecha extrema, sino la sempiterna y montaraz extrema derecha de este bendito país.
Ustedes me perdonarán, pero sigo sin creerme la autoría de este inefable artículo, he de ver a Eduardo y escucharlo de su propia boca, ni siquiera me valdrá un correo electrónico, he de ver y escuchar para creer.
Y ahora les dejo, que he de ocuparme de las labores propias de me sexo, estado y condición y después no me quiero perder la ceremonia de entrega del premio Cervantes al venerable don Antonio Gamoneda. Sin duda será privilegio tener a don Antonio de lector, aunque sea por breves momentos. (Es hoy, a las 11,55 en la 2 de TVE, y sin duda nos enriquecerá con su palabra). ¡En hora buena, don Antonio! y ¡Salud a todos!
Ustedes me perdonarán, pero sigo sin creerme la autoría de este inefable artículo, he de ver a Eduardo y escucharlo de su propia boca, ni siquiera me valdrá un correo electrónico, he de ver y escuchar para creer.
Y ahora les dejo, que he de ocuparme de las labores propias de me sexo, estado y condición y después no me quiero perder la ceremonia de entrega del premio Cervantes al venerable don Antonio Gamoneda. Sin duda será privilegio tener a don Antonio de lector, aunque sea por breves momentos. (Es hoy, a las 11,55 en la 2 de TVE, y sin duda nos enriquecerá con su palabra). ¡En hora buena, don Antonio! y ¡Salud a todos!
.
Juan García Campal
<< Home