OPINION / RUGIDOS MAÑANEROS
¡Contamos contigo!¡Contamos con usted!
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Juan García Campal
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No crean que hoy me he levantado y los hados me han revelado este tema. No. Desgraciadamente para muchas de estas conciencias me he de servir de humanas industrias, ¡alarmas!, que me recuerden y, de alguna manera, me obliguen a abandonar mi privilegiada situación, la cotidianeidad nada incómoda en la que vivo y hacer un viaje, aun sea mental, a esas otras realidades tan dolorosas e injustas de las que tantas veces, muchas veces, aparto la mirada no se me vaya a indigestar la conciencia de realidad.
Hoy me ha sonado, por fortuna y prevención, todo hay que decirlo, la correspondiente al Objetivo 2 del Mileno la educación primaria universal. Porque conviene recordar que hay otros mundos y están en éste en que vivimos, quejosos, pero privilegiadamente, en los que existen un total de 77.000.000 de niños sin escolarizar, y de los que su 55% son niñas. Soy de los que creo, me se reiterativo en ello, que "la ciencia y la cultura son la mejor herencia que las generaciones adultas pueden ofrecer a los jóvenes y la mayor riqueza que una nación -la humanidad- puede generar, sin duda, la única riqueza que vale la pena acumular". Difícilmente podrán acceder a ella aquellos que permanecen -sin ya nombrar otras condiciones de vida injustas- en el analfabetismo, difícilmente podrá arraigar en ellos un pensamiento libre y crítico, convertirse en sujetos y objetos "eficaces de la transformación social, de la libertad, la igualdad y el progreso social para hacer posible una realización más plena de la dignidad humana" (los entrecomillados son del viejo preámbulo de la derogada Ley de Reforma Universitaria de 1983 y forman parte bien expresada de mi credo personal).
Por esto me uno a la campaña Pobreza Cero, por eso titulo contamos contigo este artículo, por esto presiono y animo a todos a hacerlo. No estimo que baste con reconocer la injusticia de la situación, con malsentirnos unos instantes y olvidar; porque si creo que debemos forzar a nuestros representantes y gobernantes a cumplir los compromisos adquiridos, más y también, sobremanera, debemos hacerlo en aquello de lo que dependen los más desfavorecidos de cuyo medio y condiciones de vida muchas veces proceden nuestros tan traídos estados del bienestar. Por eso le animo a que usted también ejerza su presión. Haga saber que quiere, que queremos un mundo mejor cada día. Y es posible, si así lo exigimos.Y todo esto, aunque sea escrito gracias a la alarma programada para mi memoria y mi conciencia, también es consecuencia de mis rarezas, vamos, un rugido mañanero.
Hoy me ha sonado, por fortuna y prevención, todo hay que decirlo, la correspondiente al Objetivo 2 del Mileno la educación primaria universal. Porque conviene recordar que hay otros mundos y están en éste en que vivimos, quejosos, pero privilegiadamente, en los que existen un total de 77.000.000 de niños sin escolarizar, y de los que su 55% son niñas. Soy de los que creo, me se reiterativo en ello, que "la ciencia y la cultura son la mejor herencia que las generaciones adultas pueden ofrecer a los jóvenes y la mayor riqueza que una nación -la humanidad- puede generar, sin duda, la única riqueza que vale la pena acumular". Difícilmente podrán acceder a ella aquellos que permanecen -sin ya nombrar otras condiciones de vida injustas- en el analfabetismo, difícilmente podrá arraigar en ellos un pensamiento libre y crítico, convertirse en sujetos y objetos "eficaces de la transformación social, de la libertad, la igualdad y el progreso social para hacer posible una realización más plena de la dignidad humana" (los entrecomillados son del viejo preámbulo de la derogada Ley de Reforma Universitaria de 1983 y forman parte bien expresada de mi credo personal).
Por esto me uno a la campaña Pobreza Cero, por eso titulo contamos contigo este artículo, por esto presiono y animo a todos a hacerlo. No estimo que baste con reconocer la injusticia de la situación, con malsentirnos unos instantes y olvidar; porque si creo que debemos forzar a nuestros representantes y gobernantes a cumplir los compromisos adquiridos, más y también, sobremanera, debemos hacerlo en aquello de lo que dependen los más desfavorecidos de cuyo medio y condiciones de vida muchas veces proceden nuestros tan traídos estados del bienestar. Por eso le animo a que usted también ejerza su presión. Haga saber que quiere, que queremos un mundo mejor cada día. Y es posible, si así lo exigimos.Y todo esto, aunque sea escrito gracias a la alarma programada para mi memoria y mi conciencia, también es consecuencia de mis rarezas, vamos, un rugido mañanero.
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Juan García Campal
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