FIN DE SEMANA / La ceremonia de "Las Cabezadas" mantiene vivo el enfrentamiento entre el Ayuntamiento y el abad de San Isidoro tras ochos siglos

Mario Amilivia destaca la necesidad

de que la celebración sea declarada

de Interés Turístico Nacional

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Nada cambia y no hay acuerdo. Después de 849 años de discusión anual, la ceremonia de ‘Las Cabezadas’, que se celebra cada último domingo del mes de abril en León, reunió hoy a varios centenares de vecinos y turistas en el claustro de la Real Basílica de San Isidoro, donde pudieron disfrutar de la ya conocida contienda dialéctica que enfrenta al abad isidoriano y al Ayuntamiento de la ciudad.
Por cuarta vez, el alcalde de León, Mario Amilivia, fue el encargado de defender ante el abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez, el "foro" de la ofrenda de un cirio de una arroba y dos hachas de buena cera. Una amplia representación de los miembros de la Corporación Municipal partió pasadas las 11 horas de la mañana del edificio consistorial de Ordoño II hacia la basílica, en la tradicional formación conocida como de "ciudad", en forma de "U".
La comitiva la encabezaron 16 pendones y pendonetas, procedentes de toda la provincia, acompañados por los sonidos de la banda municipal de música de León. A la entrada de la basílica, fueron recibidos por 25 miembros de la cofradía de ‘El Milagroso Pendón de San Isidoro’, que a continuación accedieron a claustro de San Isidoro, escenario de la contienda. Con un tono irónico, la controversia milenaria fue iniciada por el regidor y ‘síndico’ de la capital leonesa, quién además destacó que el pueblo de León es el verdadero protagonista de una celebración que, a su juicio, debería ser declarada de Interés Turístico Nacional.
Amilivia recordó la cercanía del 1.100 aniversario de la fundación del Reino de León, por lo que argumentó que, ante el conjunto de reyes leoneses enterrados en el Panteón Real de San Isidoro, el abad tenía que aceptar el carácter voluntario de la ofrenda.Amilivia apoyó su intervención también en algunos de los milagros que San Isidoro realizó en beneficio de los leoneses. Así dijo que "el remedio al cambio climático puede encontrarse entre estos muros", ya que en el siglo XVII, intercedió para acabar con las inundaciones que sufría la ciudad. Por su parte, el abad de San Isidoro señaló que el regidor de León se había adelantado a la discusión, ya que había hecho algunos comentarios que hoy publican los periódicos locales de la ciudad. Asimismo, alabó la figura de San Isidoro y criticó la pérdida de "algunos gramos" en el cirio que cada año recibe de manos del alcalde. Basó la justificación del foro del donativo, en que, "aún en tiempos difíciles", el pueblo ha cumplido con su obligación.