El Teatro Emperador alcanza sus primeros '60' días cerrado al público
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La Navidad no parece ser tiempo de paz y prosperidad en el siempre complicado mundo del deporte leonés, cuyos vínculos con la politica local son más que evidentes. La situación más comprometida en este sentido se escenifica en el seno de la Cultural y Deportiva Leonesa, entidad en la que esta misma mañana ha presentado su dimisión con carácter irrevocable su actual presidente, Antonio García de Celis. De Celis, conocido constructor local, había perdido toda la confianza del Ayuntamiento de León después de que "perdiera con su trayectoria el espíritu que en su día dio lugar a Profutle", la sociedad que posee la mayoría de acciones de este histórico club leonés. Profutle fue fundado por una treintena de empresarios, la mayoría vinculados al sector de la construcción, aunque con el paso del tiempo únicamente había quedado en manos de tres empresarios. Desde el Ayuntamiento también se ha expresado su más absoluta desconfianza hacia la gestión de Dionisio Elías, gerente de la Cultural. Dionisio Elías aún debe superar lo que se supone será un duro proceso judicial después de que fuera denunciado por varios ganaderos leoneses, cuya cooperativa fracaso bajo su gestión. A fecha de hoy se desconoce quién sustitutirá a García de Célis en la presidencia de la Cultural, si bien el encargo municipal a quienes ahora quedan en su comite ejecutivo es claro: recuperar el espíritu inicial de Profutle.
Pasados los puentes de diciembre, después de la primera nevada del año, David salió a la calle, abrió las aletas de su nariz al aire de la noche, respiró hondamente y, con cierto fastidio, se dijo: “Huele a Navidad”.
“La Navidad –pensaba- es cosa de comerciantes, cretinos o niños” y como él no se ubicaba en ninguna de estas categorías, intentaba protegerse de la avalancha festiva. A sus diez y seis años, era lo bastante contestatario para desconfiar del ambiente prefestivo, las absurdas sonrisas en los rostros de la gente y los buenos deseos. Así que cada vez que escuchaba un “felices fiestas si no nos vemos...” y tal, en lugar de los acostumbrados “holas”, “taluegos” o “anda que te den”, se ponía malo. Mas, cuando a eso de la Nochevieja alguien le decía lo de “feliz entrada y salida” el muy pícaro asentía –“pues vale”- con una elocuente sonrisa. “¡Pero que gente más estúpida!”. Mañana le daban las vacaciones. Llegaría a casa corriendo, tiraría los libros en un rincón hasta el 8 de enero, viviría la noche y dormiría hasta las doce. Reencuentros con los amigos, largos paseos por el espacio León y un agujero en los bolsillos, pensando la falta que le hace ese ipod para la música que descarga o la tabla de snow para subir a Pajares con la peña. Demasiado programa para pocos días. Bueno, al menos intentaría pasarlo bien y, en otro orden de cosas, ésta vez procuraría sobrellevar el espíritu navideño y hacer lo posible para que en la inminente Nochebuena su padre no tuviera que dar un puñetazo en la mesa, su madre no se encerrara en la cocina, con el pañuelo en la mano sonándose la moquita en privado y su hermanita siguiera creyendo en la magia y la generosidad de los Reyes Magos.
Pero cuál no sería su sorpresa cuando, al entrar en casa, para dejar los libros, se encontró con la mesa puesta, el mantel de hilo, los platos regalo de la Caja, las bandejas con el turrón, dátiles, higos, polvorones. La botellas del gaitero y el champán autóctono enfriando; la cubertería regalada por el banco, la salsera rebosante y, en el centro, un enorme rosetón de langostinos. “Pero ¿qué es esto? –se dijo mirando el calendario- si estamos a 22 y faltan tres días para la Nochebuena...” A lo que su madre, impertérrita, respondió: “Pues sucede que el inútil de tu padre, queriendo reparar el lavavajillas se cargó la instalación”. “Todo el día sin luz y los langostinos, al precio que traen, descongelados”. “Así que no hay más remedio –añadió resignada- que adelantar la Nochebuena”.
Qué fiasco para David, él que era el garbanzo negro, que abominaba de estos días y de la teatralidad de reproducir la imagen de una familia modélica, se veía superado por su madre. “Vaya con la vieja –se dijo- esto sí es pasar”.
Acabado el banquete, el padre se acostó para ir a escuchar Hora 25 en la cama, David ayudó a su madre a recoger los cacharros y, la hermanita, se quedó dormida junto al árbol. Ante este apacible panorama no tuvo más remedio que admitir: “Pues no ha estado mal”. “Nos hemos ahorrado el discurso del Rey, la misa del Papa y un muermo en la tele”. “Oye, mamá, -gritó desde el rellano- mañana, si quieres, celebramos la Nochevieja” y, como un día cualquiera, salió a la calle.
Nuevamente gracias a lahoraleonesa@hotmail.com puedo volver a ponerme en contacto contigo, un poco decepcionado pues hace más de diez días que te envié mi primera carta y todavía no te has dignado a responder a ninguna de las preguntas que te hice por lo que sigo sin conocer nada de tu apariencia externa, aunque día a día voy conociendo más la interna. Desde el primer día supe que eras un poco cobarde por esconderte tras un pseudónimo, divertida eso sí, siempre que tu no seas la protagonista de tus propias críticas, perdón, no son críticas sino cuchicheos, rumores, dimes, diretes y demás cotilleos que sin ningún rigor ni comprobación atribuyes alegremente.
La Navidad de León es más "pobre" que la Navidad de otras provincias de la geografía nacional. Es así al menos en lo que se refiere a la pobre, pobrísima, iluminación festiva que ha contratado este año el Consistorio municipal. León 'no luce' en esta Navidad y la sorpresa y el desencanto se ha instalado en la mayoría de los ciudadanos. A fecha de hoy sólo el centro de la capital tiene una mínima iluminación que en todo caso está a 'años luz' de la instalada en otras capitales. La pobre iluminación es apreciable en las plazas más céntricas. La situación ha llegado a tal punto que incluso se ha prescindido de la iluminación en los barrios de la capital. Incluso de los más próximos al centro. Eras de Renueva por ejemplo carece de iluminación en este año. La clave de esta situación, de la pobre Navidad que en cuanto iluminación ha preparado desde el Ayuntamiento está en el hecho de que, por la tardanza en el pago en anteriores años, en esta ocasión sólo se ha presentado al concurso una de las cuatro empresas a las que invitó el Ayuntamiento. "El resto decidieron que era mejor no hacerlo, ya que el alcalde no paga", ha advertido la concejala socialista Susana Travesí. Desde el equipo de gobierno, sin embargo, no se ha justificado el motivo por el que León se ha convertido en una de las ciudades peor iluminadas de toda España en este periodo navideño.
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